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Eliminación de tensioactivos no iónicos en aguas residuales

Los tensioactivos no iónicos se utilizan ampliamente en la industria durante los procesos de producción y limpieza. Pueden encontrarse en lubricantes, materiales impermeabilizantes, agentes espumantes o antiespumantes, desinfectantes y detergentes. El carbón activado es un método muy eficaz para tratar las aguas residuales que contienen tensioactivos no iónicos, lo que permite verterlas de forma segura.

El reto

Una empresa polaca fabrica mangueras de goma para la industria del automóvil

Durante el proceso de producción, las mangueras se recubren de lubricante y se introducen en un horno de vulcanización. Después, se lavan las mangueras y el horno. Las aguas residuales de este proceso se vierten al alcantarillado. 

Este cliente decidió cambiar el tipo de lubricante que utilizaba por otro más eficaz. Posteriormente, la empresa municipal de tratamiento de aguas residuales local se puso en contacto con él y observó problemas en la depuración biológica del agua. Sus investigaciones descubrieron que se debía a un aumento de los niveles de tensioactivos no iónicos, que se atribuyeron a las aguas residuales de este cliente concreto. 

Advirtió de que, si el cliente no tomaba medidas inmediatas, la EDAR dejaría de aceptar las aguas residuales. El cliente tendría entonces que enviar sus aguas residuales a un tratamiento especializado con un coste considerable. 

El cliente llevó a cabo sus propias mediciones, que revelaron que las concentraciones de entrada de tensioactivos no iónicos eran de 300-600 mg/L, una cifra enorme si se compara con el límite nacional en Polonia, de sólo 20 mg/L. 

El caudal combinado de los dos edificios de producción del cliente es de 6 m³/h, prácticamente continuo. Por tanto, el cliente necesitaba una solución urgente para evitar una interrupción importante de la actividad y elevados costes externos de tratamiento de aguas residuales. 

Sus contratistas de ingeniería le aconsejaron que se pusiera en contacto con DESOTEC. 

La solución

No había tiempo para realizar pruebas de laboratorio para determinar el mejor tipo de carbón que se podía utilizar. En su lugar, el cliente decidió probar la eficacia de la solución de DESOTEC instalando un filtro de agua MOBICON 2000 como medida provisional en una de sus dos líneas de producción. 

Entregamos el filtro una semana después de recibir el pedido del cliente. Se puso en marcha inmediatamente, sin necesidad de parar la producción. 

Los resultados inmediatos fueron excelentes: las pruebas demostraron que el filtro reducía los niveles de tensioactivo no iónico de 300-600 mg/L a sólo 4 mg/L. 

El análisis de los niveles de DQO mostró que descendieron de 1000 mg/L a 30-40 mg/L. 

El cliente también optimizó sus prácticas de producción para reducir la cantidad de lubricante utilizado, disminuyendo también la concentración de entrada de tensioactivos en las aguas residuales. 

Los resultados

Tanto el cliente como la EDAR están satisfechos con la solución, que sigue funcionando eficazmente. 

El cliente ha decidido ahora instalar un segundo filtro MOBICON 2000 para tratar el caudal procedente de su otro edificio de producción. 

El cliente también está satisfecho de haber encontrado una solución eficaz que no requiere inversión inicial. Es probable que los procesos de producción de la planta cambien en los próximos años, ya que el cliente tiene previsto reutilizar el agua para mejorar la sostenibilidad. Como los filtros DESOTEC se suministran en régimen de alquiler, es fácil cancelar o modificar el pedido si cambian las necesidades. 

El filtro se ha cambiado varias veces para comprobar el rendimiento del carbón. A pesar de la elevada carga de tensioactivo, DESOTEC es capaz de reactivar el carbón residual, lo que reduce los costes del cliente y aumenta la sostenibilidad. 

Todo el carbón usado se analiza en las instalaciones de DESOTEC, para poder tomar las medidas adecuadas para su manipulación y tratamiento. Todas las moléculas adsorbidas en el carbón activo en las instalaciones del cliente se desorben en nuestros hornos de reactivación y se destruyen de acuerdo con la legislación nacional y europea mediante una instalación de incineración y neutralización. Toda la instalación y sus emisiones se controlan continuamente, de modo que por la chimenea sólo sale vapor de agua inofensivo.